Cargando cajas se hizo licenciado

Cada mañana, no importa si es feriado o no Roberto mella Cuevas va al mercado público de Barahona a realizar este trabajo que le permitió cumplir su sueño.


Benny Rodríguez

Roberto Mella Cuevas, un tanto en reverberación al escuchar su nombre en el acto de investidura de la Universidad autónoma de Santo Domingo (UASD), en honor al 59 aniversario de la Revolución de Abril de 1965, subió su mirada más arriba del techo del salón multiuso del Recinto Barahona, ya que considera un logro fundamental en su vida conseguir el sueño de hacerse profesional.

Súbitamente, al joven Mella Cuevas se le dibujó una sonrisa de satisfacción en su rostro, a través de ella podía leerse en su cuerpo esa felicidad por lograr, pese a las dificultades y vaivenes de la vida su gran sueño: una carrera universitaria.

El joven, que aspira a participar en el próximo concurso docente que convoque el Ministerio de Educación de la República Dominicana (Minerd), en la recién graduación de grado y de postgrado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), realizada en el Recinto de la academia estatal en Barahona, en honor a la gesta patriótica de abril de 1965, se graduó como licenciado en Educación Física.


Entrevistado por #LaLupadelSur, este joven hijo de una profesora activa, que junto a él ese mismo día se graduó de una maestría, dada a sus limitaciones socioeconómicas, proveerse vestimentas, alimentación y otras necesidades, para poder costear sus estudios encontró en el mercado público del municipio Barahona una oportunidad para hacer realidad el sueño del de hacerse profesional en un área transversal para el desarrollo: educación.


Mella Cuevas, quien cada mañana y aun y hasta que pueda encontrar un espacio en el Minerd para poder enseñar lo que aprendió en las aulas de la universidad pública, carga cajas y bultos en la plaza pública para poder sostenerse, pero como hombre de fe, que profesa la religión evangélica, tiene plena confianza en que muy pronto estará ocupado en la carrera que estudió.


Antes trabajó en almacenes y CAC

Previo a trabajar como cargador de cajas el ahora licenciado en Educación Física de la más vieja Universidad del Nuevo Mundo, laboró en varios almacenes y el Consorcio Azucarero Central (CAC), arrendatario del ingenio Barahona, pero en ambos trabajos se vio obligado a renunciar.


Los propietarios de los almacenes le dieron un ultimátum: trabajas acá o prefieres estudiar en la universidad, Roberto Mella Cuevas, de 35 años, se decidió por estudiar y su firme decisión de ser resiliente para poder alcanzar los objetivos trazados en su vida.


Algo muy parecido le ocurrió un sábado en el Consorcio Azucarero Central (CAC), los nuevos dueños del ingenio Barahona, cuando a su jefe solicitó un permiso para recibir un examen en el Recinto UASD Barahona y su “patrón” le negó marcharse y sin pensarlo recogió sus cosas marchándose para siempre de esa labor, nuevamente decidiendo por su carrera.


Mella Cuevas, quien tiene otros cuatro hermanos, dos de ellos residentes en los Estados Unidos y huérfano de padre, ya que su progenitor biológico falleció cuando tenía 23 años, narró que, si hubiese puesto en primer orden el trabajo y no los estudios, el pasado miércoles 24 de abril no se habría investido como licenciado en Educación Física en la academia del Estado.


Agradecimiento eterno a la UASD

Dada sus características de universidad pública, pero con planes de estudios rigurosos, en donde la calidad y la excelencia académica son parte de los programas para egresar profesionales formados desde una perspectiva crítica y con calidad, a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), pueden ingresar los hijos e hijas de las familias más humildes de la República Dominicana.


Hay muchos y muchas como Roberto Mella Cuevas, que sin contar con los recursos suficientes pueden alcanzar sus sueños de hacerse de una carrera profesional en la academia estatal, que logra un cambio radical en quienes logran el objetivo.


De ahí que amplios sectores de la vida nacional propugnan porque la UASD siga abierta, crítica y democrática para beneficio de los menos favorecidos de la República Dominicana, porque en ella encuentran la oportunidad de conseguir el “salto social” que en otras instituciones de educación superior ni siquiera en sueños pudieran lograr.


En ese sentido, Mella Cuevas, dijo sentirse altamente agradecido de la principal institución de educación superior de la República Dominicana y una de las tres macro universidades latinoamericanas, por haber concedido el privilegio de lograr su anhelo y propósito: una carrera universitaria con la que espera cambiar de vida.


Por cada caja le pagan RD$ 3.00

El joven entrevistado mientras desarrollaba su actividad en el mercado público de este municipio, dijo que hasta el momento no puede abandonar el trabajo de cargar cajas, sobre todo, porque antes debe lograr insertarse como docente en el Ministerio de Educación de la República Dominicana (Minerd).


Es por ello que espera con muchas ansias que el Minerd convoque a un concurso de oposición docente para participar del mismo y poder, una vez consiga aprobar el examen para ingresar como profesor de educación física, mientras tanto, Mella Cuevas es consciente aun no puede abandonar este trabajo.


Como persona creyente y de una férrea fe, este muchacho de ojos medios “pegaditos”, pero claros cuando habla, no tiene duda que el Dios en el que cree en un momento no muy lejano le hará realidad el sueño de estar en las aulas enseñando a niños, niñas, así como adolescentes las habilidades enseñadas por sus profesores de la UASD Recinto Barahona.


No siente vergüenza

Su humildad y la serenidad que exhibe este joven dan confianza de que sabe lo que busca y cuáles son sus propósitos en la vida, ahora con un título bajo el brazo, pero aun sin poder abandonar el trabajo que le ha dado la satisfacción que buscaba.


Roberto Mella Cuevas, dijo no sentir vergüenza por realizar este oficio del que se gana la vida y del que obtuvo los recursos que necesitaba para conseguir el objetivo de hacer profesional, al revés le da satisfacción, así como orgullo el poder hacerlo.


En su opinión hay otras prácticas que sí pueden avergonzar a las personas, a las familias, sobre todo, aquellas que son cuestionadas en la sociedad “porque no son honradas ni aprobadas por el concierto social”, aunque no hace referencia de cuáles son, suponemos que se tratan de esas actividades en las que podemos enriquecernos con absoluta facilidad.


Es por esa razón que su exhortación a la juventud es a que estudie, se preocupe por conseguir sus sueños, porque la perseverancia hace realidad los sueños, poniéndose él (Roberto) como un ejemplo de cuando se quiere conseguir aquello que nos proponemos “podemos escalar la montaña más alta”.

fuente: La lupa der SUR.

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